17 mayo 2007

mail que le mandé a un amigo y por el cual despues me acusó de melancólica...

Llegué muy temprano por la mañana. me desperté despues de dormir 10 hs seguidas en el omnibus y ya no había nadie, el chofer me miró con mala cara y me apuré a guardar la toalla con la que me había cubierto del frio polar del aire acondiciondo y la remera que había usado de almohada. Bajé y todavía dormida, subí las escaleras hacia la salida, estaba tan dormida que casi tomo el camino errado. Me paré en un "lanchonete" a comprar un café para llevar. La chica del otro lado del mostrador me preguntó si estaba resfriada. Debería haberle respondido que, no, que era extranjera y un poco gangosa, pero en vez de eso le contesté que acababa de despertar y que precisaba de ese café con urgencia. Me despedí y avancé por un camino conocido, llegar a la afonso pena, doblar en la rua da bahia para llegar a la augusto de lima y pegar el 3305. En janaina me compré un pão de queijo que no estaba tan bueno como las otras veces y me dediqué a esperar.

El viaje de vuelta de Ilha grande me confirmó lo que ya sabía, tengo que viajar sola. Tomé el barco de las 5, dormí poco, estaba incómoda, me quedaba hora y media en medio del azul atlántico. Como a las 6 se hizo de noche y no pude seguir leyendo el diario sensacionalista de la señora de la par, así que me fui para otro lado donde podía estirar las piernas y ver las luces de angra dos reis en la montaña frente a la costa.

Llegué y lavé ropa, ropa que ahora mismo estã enjabonada lavándose sola en una pileta llena de agua y jabon en polvo de una marca muy barata.

te quiero

clo